¿Te gustan los puzzles en los videojuegos? Entonces ojalá te mueras tú y toda tu familia
Ven acá, vamos a hablar.
Debes saber que una cosa que siempre he detestado de juegos como RESIDENT EVIL y SILENT HILL es la inmensa cantidad de puzzles o quebraderos de cabeza que les colocan.
Para que un videojuego sea bueno debe ser disfrutable, y los japoneses a veces olvidan ese concepto, por lo que a menudo programan torturas virtuales en donde el plato fuerte no es la eterna batalla entre el bien y el mal, sino los acertijos, los rompecabezas, los "mueve tres veces esta manilla en sentido de las agujas del reloj y descifra la adivinanza" que no sólo quitan unos 40 minutos de tiempo (a veces más), sino que hacen que me provoque presionar el botón de la consola, sacar el DVD y meter otro juego.
Ni hablar de los juegos que ni siquiera dan una sola pista para resolver el acertijo en cuestión... así que al cabo de un rato, después de estar dando vueltas y más vueltas, siento tanta rabia que quiero apretar el control hasta sentir que se despedace entre mis manos.
Supongo que los japoneses lo hacen porque para ellos es natural llevar una vida intransigente, cagalistrosa, sexualmente reprimida y frustrada. Como ya no tienen a ese viejo llamado Shogun para que los castigue con un látigo, (ayudándolos así a liberar su podrida tensión sexual), entonces deciden imponerse penitencias por medio de sus modos de entretenimiento electrónico.
El otro día estaba revisando Gamefaqs y vi gente quejándose de Resident Evil 4 porque "casi no hubo puzzles". Eso me arruinó el día.
Obviamente, el juego fue todo un acierto precisamente por ello: porque se deshicieron de los puzzles y aumentaron, en el proceso, el factor de la acción.
El problema es que da terror imaginar que alguien (un programador de videojuegos, por ejemplo) lea a estas personas y que gracias a ello se chafe lo que sin dudas es una flecha en la dirección correcta. Como quisiera que mientras estén escribiendo sus opiniones en la computadora, el teclado se calentara y le derritiera la carne hasta dejarlos en el hueso.
Por eso, decidí que tenía que hacer algo al respecto para elevar mi voz de protesta, y hacer que temblaran los mismos cimientos del Japón: enviar un mail.
Pero luego lo pensé mejor y me di cuenta de que la verdadera amenaza no está en Japón, sino en la minoría (bulliciosa) que quieren que todos los juegos del mundo tengan al menos tres puzzles imposibles de resolver.
Un juego no es bueno si no hay nada a tu alcance que no puedas matar. Un videojuego tampoco es bueno si no tiene cinco tipos de armas distintas y la posibilidad de balas infinitas (o por lo menos, encontrar cartuchos cada diez pasos para mantener mi estrés bajo control).
No hay comentarios:
Publicar un comentario