KUNG-FU HUSTLE: ¿qué esperas para ir a verla, perra?
Y lo de perra va con ustedes también, maricones. Sabéis de sobra que yo no os recomendaría nada si no fuera lo mejor del mundo justo al lado de mi página web o el sexo oral de una camionera que acaba de comer empanada de queso caliente de desayuno. La última película que recomendé fue SIN CITY y ni siquiera la gente que me escribe constantemente para recordarme lo mucho que me odia se ha quejado.
Kung Fu Hustle (titulada en Sudamérica como “Kung-Fusión”, lo que demuestra que la sangre india, chabacana, tercer tercermundista y rompe-pelotas de la infame organización de tituladores de películas brilla una vez más en todo el poderío de su talento intrínseco para empeorar hasta lo inimpeorable) es la película de estas vacaciones.
Olvidad Batman Begins (una película que gustosamente catalogo bajo el síndrome “Bomba de Tiempo” -que también adolecieron juegos de video como Final Fantasy 9-, porque a la gente le toma cierto tiempo darse cuenta de que en el fondo es una mierda y no les gustó) y comprad tickets para Kung Fu Hustle. Si no os quieren vender los tickets porque la película no se ha estrenado todavía, entonces quedaos durmiendo en línea hasta que se estrene.
Kung Fu Hustle es una producción china. Sí, ya sé que pensáis que cualquier cosa que no esté hecha en Norteamérica es una mierda, pero en serio: dadle una oportunidad, y encontraréis que es lo mejor que habéis visto en mucho, pero es que mucho tiempo… lo suficiente como para dormir esa misma noche con una sonrisa en el rostro.
La estética usada en casi todas las escenas recuerdan a Quentin Tarantino, y la comedia, sin dudas, es de la mejor que habéis visto desde aquella entrañable película de Leslie Nielsen favorita de tu infancia. El humor negro es fantástico y las escenas de acción son sencillamente espectaculares e hilarantes. Si Estados Unidos se preocupa porque China le está quitando terreno, lo primero que deberían temer son películas como ésta.
Deberéis estudiar chino nada más por esta película, así podréis volver a verla de nuevo en su idioma original. Debéis, además, conseguir la cinta original 9 mm y tomar las escenas claves de la película para hacerles una ampliación que le sirve al tatuador de referencia para que te la grabe en la espalda. Tendrás esta película tan viva en tu mente que no te podrás masturbar bien en los próximos quince días.
DROSS la recomienda mucho.
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