El otro día puse la cagada.

15 de diciembre de 2006

Yo me baño dos veces por día, pero resulta que al menos 3 veces a la semana (lunes, miércoles y viernes) me gusta darme lo que yo llamo una "super ducha", que consiste en estar enjabonado más de diez minutos en la regadera, a la vez que aprovecho, durante ese tiempo, para afeitarme. Así después, cuando me quito el jabón con agua caliente y me seco, salgo fresco como una rosa, con ropita limpia.

Cuando todavía no había terminado, la empleada me llamó desde detrás de la puerta porque ya estaba lista la cena, que se hallaba servida frente al televisor, donde siempre... por lo que me dispongo a terminar de secarme, vestirme, y disponerme a bajar las escaleras. 

Antes de hacerlo, sin embargo, y aprovechando que mi mamá vino recientemente de Argentina y me trajo dos cajas de alfajores (los cuales suelo comer en cantidades industriales), voy y busco uno en mi cuarto para tenerlo de postre. 

Cuando voy por algo así como el cuarto escalón, siento que me quiero tirar un pedo. 

Como los shorts estaban limpios, no quería sentir que los "impregnaba" de gas escatológico, así que hago lo que suelo hacer frecuentemente cuando estoy en mi casa: me bajo los shores, y me echo el pedo. 

Mientras sentía esa típica sensación de algo bajando por el túnel de mi trasero, esfuerzo un poco más los esfínteres para apurar la cosa, cuando de improviso ha salido una bola de mierda que se estrelló contra el escalón y encima regó mis shorts y salpicó mis piernas, con caldo y todo. 

Es primera vez en mi vida que me pasa algo así. 

Lo peor del asunto es que poco antes de todo ésto, no había resistido la tentación y había abierto el paquetito del alfajor, el cual venía comiendo. 

Tuve que entrar a la ducha a bañarme otra vez y cambiarme la ropa. 

Qué fastidio.

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